domingo, 22 de febrero de 2015

CLIENTE, CALIDAD Y PROYECTO DE EMPRESA.


Leyendo el texto en cuestión me sale constantemente mi lado crítico e inconformista como clienta. No por lo que se dice en el texto sino por lo alejada que está la realidad de las recomendaciones del mismo.
Una buena estrategia de empresa es aquella en la que el/la cliente es el centro, todo gira en torno a el/la cliente. Donde la calidad es un proyecto integrado dentro de la empresa y no aislado. Donde un buen plan d comunicación debe acompañar todo el proceso. Entónces, a mi como clienta me parece que las empresas no quieren ni afianzarse en el tiempo ni ser las mejores, es más, creo que esta estrategia de empresa no va con ellas.
Ni el cliente siempre tiene la razón, ni siempre se sirve al cliente. Esto no se lleva. Al cabo del día utilizas los servicios de varias empresas, te conviertes en cliente de varias, y en esos momentos, ¿cuándo tienes la sensación de que te están sirviendo (para ello pagas tarde o temprano) y te cuidan como cliente? Podría decir que en casi ninguno, al revés, soy yo la que se siente “al servicio de”, de los bancos, de las instituciones, de los comercios,...
Dicho ésto, me centraré en resumir el texto. Una buena estrategia empresarial es aquella que diseña su producto en torno a las necesidades del/la cliente, éste se convierte en el centro de todas las actuaciones empresariales y la empresa debe situarse próxima a él/ella para entender sus necesidades y que el/la cliente participe. Presencia y participación del/la cliente.
Conseguir calidad total en la empresa depende de que el estilo de dirección empresarial esté orientada al cliente. Por otra parte, la empresa no la hacen los departamentos sino los seres humanos que la forman. Si el estilo de dirección se humaniza en lugar de que se jerarquice con unos departamentos dentro de otros departamentos podemos decir que estamos en disposición de tener un buen programa de calidad.
A su vez, un programa de calidad debe contemplarse como algo integrador e integrado y no como algo aislado que se diseña para quedarse en el papel. Debe responder a un análisis de la realidad y debe poder llevarse a cabo. Debe ser asumido, entendido y practicado por la dirección de la empresa.
En el proceso para conseguir la calidad empresarial hay que contar con un buen plan de intermunicación entre todas las personas que forman la empresa y con el /la cliente, más que de un plan de comunicación.
En suma, un proyecto global de empresa debe orientarse hacia el cliente y apoyarse en un programa de intercomunicación, un programa de calidad integrado y un estilo de dirección y cultura de empresa humanizado, en base a una realidad diagnosticada.
La realidad cambia constantemente, es decir, las necesidades de los clientes cambian. Por ello un proyecto de empresa es un proceso de adaptación al mercado por dentro y por fuera, sobre lo que ofrece y lo que le hace ser competitiva en el mercado y sobre las personas que la forman y la organización interna. De aquí la importancia del diagnóstico previo al proyecto de empresa. Se trata de un proceso de transformación empresarial donde las personas sean sujetos activos en el proceso y no pasivos, sean los agentes de cambio y no los que se tengan que adaptar.
Con todo ésto, el texto concluye afirmando que la calidad se convierte en un fin en si mismo ya que obteniendola se consigue beneficio y satisfacción. Por ello un programa de calidad es efectivo cuando está integrado en el proyecto de empresa, le acompaña un programa de comunicación (yo digo de intermunicación) y cuenta con el cliente, interactúa con él.

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