En
cualquier tarea o proyecto que nos propongamos realizar con un fin
concreto u objetivo/s debemos seguir un itinerario, un esquema de
trabajo. Lo ideal es que este esquema se componga de varias fases:
- Investigación/recogida de información.
- Análisis.
- Planificación.
- Ejecución.
- Evaluación.
Para
llevar a cabo estas fases es imprescindible preveer el tiempo
necesario que conlleva cada una de ellas y dedicárselo, sólo así
podremos decir que estamos haciendo un buen desarrollo de nuestro
proyecto.
Por
otro lado, es necesario visualizar y aceptar cuáles son las
barreras institucionales y personales que van a dificultar el
desarrollo del proyecto con el fin de evitarlas o redireccionar la
línea de trabajo. Las más comunes con las que nos vamos a encontrar
son:
- La sistematización del trabajo: impide hacer altos en el camino para pensar y reflexionar sobre el trabajo que estamos llevando a cabo, incluso ocasiona no seguir el itineriario marcado y se omiten fases impresdindibles en el desarrollo del proyecto.
- La falta de información (escasa, da lugar a confusión, no contrastada y sin variedad de fuentes informativas) para realizar un diagnóstico eficaz.
- Las propias limitaciones que el ser humano tiene en su capacidad de análisis junto con las limitaciones para pensar con las que nos encontramos en el contexto nos impiden analizar con claridad.
- No contar con un margen de error en el momento en el que se diseñan y distribuyen responsabilidades/acciones.
- La falta de trabajo en equipo.
Una
vez identificadas estas barreras debemos saber como superarlas. Las
personales sólo hay una manera posible: aceptándonos tal cual
somos, con nuestras limitaciones y defectos, y a partir de ahí
empezar a trabajar. En cuanto a las institucionales se trata de
trabajar en el aquí y ahora, analizando el día a día, el pasado
nos da información para un diagnóstico eficaz pero no debemos
atascarnos analizándolo. Otra forma de superar las barreras
institucionales es pensando más allá de nosotros mismos y nuestras
motivaciones, es decir, pensando en lxs destinatarixs de nuestro
proyecto, la institución en la que lo desarrollamos y el contexto
social en el que se va a aplicar.
Por
último, es necesario tener en cuenta el ambiente de trabajo, un
clima agradable de cercanía, respeto y reconocimiento mútuo para
poder desarrollar el proyecto con el entusiasmo necesario.